como logré que mi hijo ame la lectura- Tercera parte

La tercera etapa fue algo más complicada, mi situación laboral había cambiado y disponía de mucho menos tiempo. El invierno (que en Ushuaia, es la mayor parte del año) se acercaba muy rápido y me obligaba a improvisar. La ansiedad que mateo sentía por saber que había sido de nuestro protagonista, era aún mayor que la de resolver las pistas del final del capÍtulo. Éso era justo lo que yo quería despertar en él; la ansiedad, el placer de leer, éso. No podía dejar pasar el momento y me puse manos a la obra.